Gregorio Rivas
Pte. del semanario turístico de ASOCANAIMA
Canaima – Venezuela.-
¡Saludos, estimados lectores!
Desde el corazón vibrante de ASOCANAIMA Haciendo Turismo, en esta edición número 64, dirigimos nuestra mirada hacia una fecha que resuena con fuerza en el calendario venezolano: el Primero de Mayo, Día del Trabajador. Una jornada que trasciende la mera conmemoración para convertirse en un profundo reconocimiento a la columna vertebral de nuestra sociedad, a esos hombres y mujeres que, con su esfuerzo diario, tejen el presente y siembran el futuro de nuestra nación.
En el sector turístico, esta efeméride adquiere una significación particular. Somos una industria construida sobre la pasión, la dedicación y el talento humano. Desde el guía que comparte la magia de nuestros paisajes hasta el personal de hotel que vela por el confort de cada visitante, desde el operador que diseña experiencias inolvidables hasta el emprendedor que apuesta por la innovación en cada rincón del país, cada trabajador del turismo venezolano es un eslabón fundamental en la cadena que impulsa nuestro crecimiento y nuestra imagen ante el mundo.
Este Primero de Mayo nos encuentra en un momento crucial. Tras los desafíos superados y con la mirada puesta en un horizonte de recuperación y expansión, el valor del trabajo se erige como un faro que guía nuestros esfuerzos. Cada sonrisa ofrecida, cada servicio impecable, cada recomendación entusiasta de un destino venezolano, es el resultado del compromiso de profesionales que aman su tierra y creen firmemente en el potencial turístico que atesora.
La celebración del Día del Trabajador no es solo un recordatorio de los derechos laborales conquistados, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de dignificar cada oficio, de reconocer el aporte invaluable de cada individuo al engranaje productivo. En el turismo, esto se traduce en la necesidad de ofrecer condiciones laborales justas, oportunidades de crecimiento profesional y un ambiente de trabajo que fomente la creatividad y el bienestar.
Mientras nos acercamos a la efervescencia de nuevas temporadas y al despliegue de la belleza natural y cultural que Venezuela ofrece, es imprescindible recordar que el éxito de nuestra industria reside en la calidad humana de quienes la integran. Son sus manos las que construyen experiencias memorables, son sus voces las que narran la historia de nuestros destinos.